En un emotivo recorrido que ha perdurado a lo largo de 34 años, Oscar “Tata” Bonandi y Angela “Yaya” Morales han llegado una vez más a la ciudad de Malargüe, llevando consigo la imagen venerada de la Virgen de Luján. Este viaje de fe, que comenzó en 1989, se ha convertido en una tradición anual que marca la vida de esta comunidad mendocina.
Óscar y Ángela, emprendieron el viaje el pasado domingo, recorriendo durante cuatro días las distintas postas marcadas para pernoctar y descansar. Acompañados por agrupaciones gauchas, hicieron su entrada triunfal el miércoles al barrio Virgen de los Vientos, donde fueron recibidos por vecinos y devotos que se acercaron para compartir este momento especial.
La iniciativa de la cabalgata surgió de Don Mario Bonandi, padre de Óscar, quien originalmente buscaba llevar la imagen de la Virgen de Luján a San Rafael. Sin embargo, los desafíos del terreno llevaron a un cambio de planes, y así nació la conexión especial entre Malargüe y esta emotiva procesión.
En una entrevista, Angela Morales compartió las adversidades del viaje, manifestando que debieron enfrentarse al frío y al viento en el camino. Sin embargo, destacó que estas son pruebas que deben superarse en nombre de la misión que llevan consigo, la bendición de la Virgen para el pueblo de Malargüe.
Oscar Bonandi, por su parte, resaltó la determinación del grupo, señalando que llueva, haga viento o frío, la meta es llegar el 15 de noviembre a Malargüe, y así lo han logrado durante 34 años.
Gustavo Acosta, presidente del Centro Tradicionalista Rodeo del Diamante, encargado de la planificación y organización de la Cabalgata de la Fe, destacó la continuidad del evento, incluso durante la época de pandemia, adaptándose a las circunstancias con medidas de seguridad e higiene.
Acosta subrayó la importancia de la devoción y la fe de la comunidad, agradeciendo a personas clave como el Padre Ramiro, Sr. Espinoza, Sr. Leguizamón y demás, quienes contribuyen al éxito de la cabalgata año tras año.
La cabalgata, que cuenta con la participación de fieles y católicos, lleva consigo un mensaje de esperanza y bendición para la comunidad. El grupo, conformado en su mayoría por personas adultas, demuestra su valentía y devoción a través de esta travesía que, a pesar de las inclemencias del tiempo, se ha convertido en un símbolo de perseverancia y fe en Malargüe.
Como parte de las festividades, la Cabalgata de la Fe participó, como es costumbre, en el desfile aniversario de Malargüe, cerrando así otro capítulo de esta tradición que ha marcado la vida de la ciudad durante más de tres décadas.