En Malalweb creemos que hacer periodismo no es simplemente replicar información. Es investigar, escuchar, verificar, escribir, editar y publicar con responsabilidad. Es también firmar con nombre y apellido, sabiendo que cada palabra refleja una ética de trabajo.

La semana pasada, puntualmente el jueves 3 de julio, nuestro medio publicó una nota titulada “El grito que no se olvida: a tres años de la muerte de Emma, sus padres siguen pidiendo justicia”, firmada por nuestra periodista Marina Schiuma. Se trató de un trabajo sensible, serio y documentado, realizado con respeto a la familia, presencia de más de dos horas en el Concejo Deliberante y fuentes confirmadas.
El domingo 6 de julio, el medio local Malargüe a Diario, publicó un artículo que, más allá del título y algunas frases añadidas, replica casi de manera textual la estructura, los datos y hasta las citas utilizadas por Malalweb, sin realizar ninguna mención al origen del contenido ni a su autora.

En el periodismo, si bien puede haber coincidencias en datos objetivos (como fechas, nombres, lugares), lo que hace único a cada trabajo es el enfoque narrativo, la construcción de los párrafos, el orden de los hechos, las frases textuales elegidas, y especialmente la interpretación y sensibilidad del o la periodista que escribe. Cuando se replican múltiples párrafos con estructura y redacción casi idéntica —como ocurre en este caso— no estamos ante una simple coincidencia, sino ante una reproducción no autorizada ni reconocida de contenido.
Incluso cuando dos periodistas cubren el mismo hecho y disponen del mismo insumo (por ejemplo, un testimonio), es altamente improbable que redacten párrafos prácticamente calcados, con la misma secuencia, términos, y entonación narrativa, a menos que uno haya usado como base el trabajo del otro.

Ante esta situación, nuestra periodista se comunicó de manera directa —a través de WhatsApp— con el director del otro medio, para solicitar el reconocimiento de la autoría del contenido. Y cuando se le sugirió, con amabilidad, que podía citar la fuente o al menos revisar el texto en cuestión, no mostró voluntad de solución ni reparo alguno.
Desde Malalweb no hacemos esto por ego ni por conflictos personales. Lo hacemos por ética profesional. Porque copiar un texto sin citar la fuente no es un accidente ni una diferencia de interpretación: es una falta de respeto. Porque sí importa si un trabajo es original, si fue escrito con dedicación y si alguien más decidió apropiárselo sin decir de dónde salió.

Esto no se trata de una disputa entre medios. Se trata de defender lo que hacemos, y proteger un principio básico del periodismo: el reconocimiento del trabajo ajeno.

Nosotros trabajamos con nombre y apellido. Con fuentes. Con presencia en los hechos. Creemos que informar bien no es solo publicar: es hacerlo con integridad. Por eso, no vamos a naturalizar prácticas que atentan contra ese esfuerzo.
Seguiremos haciendo periodismo. El que se firma, se chequea y se respeta.
Actualización de información:
Luego de la publicación de esta editorial, el director de Malargüe a Diario, se comunicó con nuestra periodista para reconocer la similitud entre los textos y ofreció sus disculpas por lo ocurrido y afirmó que eliminó la publicación de su noticia.
Desde Malalweb valoramos su gesto y confiamos en que este hecho sirva como oportunidad para reforzar el respeto por la autoría periodística y los principios éticos que nos comprometen a todos los que ejercemos esta profesión.



