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Sociedad

José de San Martín líder por deber, no por ambición

Por Renzo Marino (1). Profesor tutor: Sergio Eschler

Las construcciones narrativas de la historia se han encargado de mostrarnos un San Martin, militar, político, administrador austero, esposo, padre y abuelo. Sin embargo, poco conocemos de la civilidad de nuestro héroe magno, donde puso en valor relaciones interpersonales, estilo de liderazgos, conflictos y resoluciones de problemas, valores y contribuciones a la sociedad, del hombre que nació en un humilde rincón llamado Yapeyú, el 25 de febrero de 1.778. Los invito a recorrer todas estas virtudes y prácticas del ex Gobernador Intendente de Cuyo.

El legado moral de San Martín se centra en valores como el honor, la lealtad, la disciplina y el orden, que se reflejaban en su educación y en su accionar como líder militar y político. Era un líder que pensaba antes de actuar, reconocía los triunfos de los demás y tenía un compromiso con la verdad.

Silencioso y modesto, puede verse tanto al militar profesional de admirable visión estratégica, como al organizador minucioso de las fuerzas de combate y al eficiente administrador y gobernante. En cualquiera de los puestos en donde lo requería la Patria no lo ganó la codicia o la ambición de poder y cuando consideró concluida su tarea, se retiró sin esperar ninguna clase de reconocimiento o compensación.

El futuro libertador fue un hombre de ideas claras y profundas. Políticamente, creía que cada pueblo debía elegir el gobierno que mejor se adaptara a sus costumbres, pero siempre defendiendo la libertad con orden. Por eso pensaba que las nuevas naciones necesitaban gobiernos fuertes y estables para evitar el caos. Más que ambicionar poder, buscaba la unidad, y por eso prefirió retirarse antes que provocar divisiones entre los libertadores.

Moralmente, su vida estuvo guiada por la honestidad, la humildad y el servicio desinteresado. Veía honor no en los títulos ni en las riquezas, sino en servir al prójimo. Su famosa frase “Serás lo que debas ser, y si no, no serás nada” resume su exigencia de actuar con responsabilidad y coherencia.

La moral del general don José es un ejemplo de integridad, sacrificio y respeto por la libertad. A lo largo de su vida demostró un profundo desinterés personal: nunca buscó el poder ni las riquezas, y siempre rechazó los honores cuando consideró que podían dañar la causa de la independencia. Después de liberar Chile y Perú, renunció voluntariamente a cargos que lo hubieran convertido en gobernante, dejando claro que su lucha no era por ambición, sino por principios.

San Martín entendía la independencia no solo como hecho político, sino también como un acto moral. Creía en la libertad y en la dignidad de los pueblos, y por eso no impuso un modelo de gobierno, sino que respetó la autodeterminación de cada nación. En Perú, por ejemplo, impulsó la abolición del tributo indígena y la libertad de los hijos de esclavos, buscando justicia social además de la independencia.

Era bastante adelantado para su época, siempre defendió la educación como base para una sociedad libre.

Aunque fue militar, no glorificó la guerra; la veía solo como un medio para alcanzar la independencia. Siempre eligió la paz y la unidad por encima de su propia gloria. Su vida demostró que un líder verdadero actúa según sus principios, incluso si eso significaba renunciar al poder y vivir con sencillez.

Su vida también estuvo marcada por el sacrificio personal. Dejó una carrera militar asegurada en España y renunció a su estabilidad para venir a América y luchar por la libertad. Enfrentó enormes riesgos, enfermedades y escasez, pero siempre puso el bienestar de los demás por encima del suyo propio. El cruce de los Andes es una prueba de ese compromiso, unas de las gestas más heroicas de la historia.

A pesar de sus logros, siempre mantuvo la humildad. Nunca se dejó llevar por la vanidad ni por el deseo de protagonismo. La entrevista de Guayaquil con Bolívar es un ejemplo claro, prefirió retirarse antes que provocar divisiones entre los libertadores. Eligió la unidad y la paz por encima de su propia gloria.

Por último, su vida fue un ejemplo de coherencia. Lo que pensaba, lo que decía y lo que hacía estaban siempre en armonía. Incluso cuando la Argentina se sumió en guerras civiles, no tomó partido ni derramó sangre de compatriotas; eligió retirarse a Europa, manteniendo intactos sus principios.

En definitiva, San Martín representa la moral del líder que sirve sin esperar nada a cambio, del hombre que pone la libertad y la justicia por encima de sus propios intereses. Su ejemplo sigue siendo un modelo de ética y compromiso para las futuras generaciones.

Conoció la gloria, las tormentas de las dudas y de la incertidumbre antes de cada batalla y también en las interminables luchas civiles que tantas veces han demorado el logro de los países hispanoamericanos en poner en valor la gran consigna sanmartiana:

“SEAMOS LIBRES Y LO DEMAS NO IMPORTA NADA”

Fuentes consultadas:

  • Bartolomé Mitre – historia de San Martin y de la emancipación americana.
  • Felipe Pigna – Los héroes malditos. Y los mitos de la historia argentina.
  • Patricia Pasquali – San Martín. La fuerza de la misión y la soledad de la gloria.

[1] Renzo es alumno de la 4-121 Escuela Técnicos Mendocinos y presentó el siguiente articulo en el Concurso Juvenil Sanmartiniano 2025, con el cual obtuvo el Primer puesto de dicho certamen.