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Sociedad

A caballo por la salud: La enfermera que recorrió la cordillera para asistir a una paciente

Virginia Castillo es enfermera rural en Ranquil Norte y protagonizó un rescate a caballo en plena cordillera. Con pocos recursos y mucha vocación, el equipo sanitario logró trasladar a una mujer mayor, residente del puesto Lihuin Vaca, con pancreatitis hasta el hospital de Malargüe.

El lunes 1 de abril, la enfermera Virginia Castillo vivió una jornada que se difundió en los medios locales y provinciales. Ese día, junto al chofer de ambulancia Gustavo Lineros, partió desde el centro de salud de Ranquil Norte hacia la zona de Calmuco, tras recibir un pedido de auxilio urgente. El mensaje había llegado desde la zona de Laguna Blanca: una señora de más de 73 años, con problemas hepáticos y un cuadro de pancreatitis y necesitaba ser trasladada con urgencia.

“La ambulancia quedó en Laguna Blanca. Ahí nos esperaba la familia Sepúlveda con caballos porque el camino es inaccesible para vehículos. Anduvimos a caballo una hora hasta la veranada donde estaba la paciente. No sabíamos cómo bajarla. Solo había huellas”, cuenta Virginia.

Con la ayuda de una tabla rígida, caminaron 10 kilómetros hasta que decidieron montarla a un caballo para completar el descenso. Luego de cinco horas y media de esfuerzo conjunto con vecinos, familiares y personal municipal, lograron llegar de nuevo a Laguna Blanca, donde la subieron a la ambulancia. A la 1 de la madrugada la paciente fue ingresada al hospital regional de Malargüe. Recién a las 5 de la mañana, Virginia y Gustavo regresaron al centro de salud de Ranquil Norte.

“Fue una experiencia única. Nunca me había tocado algo así. Gracias a Dios, todo salió bien. Me encanta mi trabajo y lo disfruto, a pesar de las dificultades del campo”, asegura.

Virginia es oriunda de Pata Mora y hace cinco que es enfermera. Un año lo hizo en zona urbana y los últimos cuatro rotando por zonas rurales. Actualmente se desempeña en Ranquil Norte.

Virginia Castillo, enfermera rural, recorrió la cordillera mendocina para asistir a una paciente en un rescate conmovedor.

“Empecé a estudiar con mi hermana sin saber bien de qué se trataba, y al poco tiempo me di cuenta de que era lo mío. Me gusta mucho ayudar a los pacientes. Es mi vocación”, mencionó con emoción.

El compromiso con la salud le viene desde la infancia. Su padre fue agente sanitario en la zona rural y desde chica lo acompañaba en sus recorridas por los puestos. “Hoy me toca a mí. Pero no soy la única. Somos muchos los enfermeros que hacemos este trabajo, y con pocos recursos, damos todo para que las personas reciban la atención que necesitan”, afirma.

Virginia también agradeció a todos los que colaboraron en el operativo: “A Gustavo, mi compañero de ambulancia, al personal de la municipalidad, a los vecinos de Calmuco y Laguna Blanca, y especialmente a la familia Sepúlveda, que nos prestó los caballos”.

Virginia Castillo, enfermera rural, recorrió la cordillera mendocina para asistir a una paciente en un rescate conmovedor.

Historias como la de Virginia Castillo nos recuerdan el esfuerzo silencioso que muchos profesionales de la salud realizan a diario. Con vocación, empatía y entrega, recorren cerros y senderos para llevar alivio donde no llegan los caminos.