Blanca Páez, una figura emblemática en el Honorable Concejo Deliberante de Malargüe, ha dado por concluida su notable carrera tras casi cuatro décadas de servicio. El 29 de febrero marcó su último día laboral antes de comenzar a disfrutar de su merecida jubilación.
Durante su extensa trayectoria, Páez no solo destacó por su dedicación al trabajo y su profesionalismo, sino también por su cálido trato humano y su espíritu colaborativo. En una emotiva entrevista con Malalweb, compartió sus experiencias y reflexiones sobre su tiempo en el Concejo.
“Desde el principio, puse lo mejor de mí en este trabajo y encontré aquí más que compañeros, amigos“, expresó Páez con nostalgia y gratitud. Continuó: “Uno se habitúa a cada persona que llega y se esfuerza por ayudarlos, orientarlos y respaldarlos en su labor“.
La jubilada funcionaria también recordó los momentos desafiantes que enfrentó junto a sus colegas: “Hubo situaciones difíciles, pero siempre logramos salir adelante, gracias al trabajo en equipo y la buena disposición de todos”.
Además de su dedicación al servicio público, Blanca Páez es conocida por su pasión por el deporte y la escritura. “Vengo de una familia deportiva, así que siempre he practicado varios deportes“, comentó. “Ahora que tengo más tiempo, pienso seguir disfrutando de ellos, así como retomar mi pasión por la escritura y la poesía“.
Al preguntarle sobre sus recuerdos más entrañables, Páez destacó los momentos de cambio de autoridades en el Concejo, que considera “emotivos y significativos”. También rememoró con cariño su primer día en el trabajo y agradeció especialmente la camaradería y amistad de sus compañeros, quienes la han acompañado a lo largo de su carrera.
Aunque se despide de su cargo oficial, Blanca Páez deja un legado imborrable en el Concejo Deliberante y en la comunidad de Malargüe. Su compromiso, calidez humana y pasión por el servicio público seguirán siendo recordados y apreciados por quienes tuvieron el privilegio de trabajar junto a ella.