En un emotivo testimonio de determinación y valentía, Verónica Duarte, una joven de 22 años, ha demostrado que el camino hacia la realización de los sueños está pavimentado con esfuerzo y sacrificio. A pesar de enfrentarse a diversas complicaciones a lo largo de su carrera de Tecnicatura Superior en Proyectos y Construcción de Obras en el Colegio Diocesano San José de Malargüe, Verónica se ha graduado con éxito, convirtiéndose en un ejemplo inspirador para muchos.
Originaria de Malargüe, Verónica encontró en el ámbito de la construcción la motivación para iniciar su carrera académica. Influenciada por el trabajo de su familia en este campo, su curiosidad y admiración por el proceso constructivo la impulsaron a perseguir sus estudios.
Sin embargo, el camino hacia la graduación estuvo lleno de obstáculos, especialmente cuando la pandemia mundial obligó a un cambio abrupto hacia la educación virtual. A pesar de las incertidumbres y desafíos que surgieron, Verónica nunca perdió de vista su objetivo. Incluso cuando recibió la noticia de su embarazo, decidió enfrentar la situación con determinación, contando con el apoyo inquebrantable de su familia y de la comunidad educativa del Colegio Diocesano San José.
“Si yo me lo proponía, iba a ser capaz“, expresó Verónica al referirse a su determinación para superar las dificultades. A medida que su embarazo avanzaba, continuó con sus estudios, adaptándose a las circunstancias y aprovechando cada momento disponible para avanzar en su formación.
La llegada de su hijo, Giovani, no fue un obstáculo para Verónica, sino más bien una fuente adicional de motivación. Con sacrificio y esfuerzo, logró equilibrar sus responsabilidades como empleada y madre con sus compromisos académicos, demostrando una vez más su firme resolución.
Incluso durante las pasantías y prácticas profesionales, Verónica encontró el apoyo de su empleador, quien comprendió la importancia de su educación y le brindó el respaldo necesario para continuar. Con tenacidad y dedicación, logró completar su proyecto final y presentarse a rendir su examen final, equipada con su conocimiento, una maqueta y una carpeta repleta de sueños.
Al agradecer a todos aquellos que la acompañaron en su trayectoria, Verónica expresó su profunda gratitud hacia su familia, la comunidad educativa y su empleador. Su mensaje para aquellos que enfrentan desafíos similares es claro y poderoso: “No bajen los brazos, nunca se rindan, sigan intentando“.
La historia de Verónica Duarte es un testimonio conmovedor de cómo la perseverancia, el apoyo familiar y el compromiso pueden superar cualquier adversidad. Su dedicación y determinación son un faro de esperanza para todos aquellos que buscan alcanzar sus metas, recordándonos que, con voluntad y sacrificio, ningún sueño está fuera de alcance.