Por docente de nivel primario, Albino María José
En un contexto donde los números de desafiliados crecen y marcan un quiebre en la confianza hacia las estructuras sindicales tradicionales, la Agrupación en Defensa de la Educación (ADE) sostiene que no se trata de una casualidad: se trata de una consecuencia.
La decadencia en la participación sindical y política no surge de la nada, sino de años de gestiones que usaron los espacios de representación para satisfacer intereses personales y partidarios, dejando de lado a los trabajadores que confiaron en ellos. El sindicato, que debería ser un espacio de lucha y defensa colectiva, se convirtió en un aparato burocrático al servicio de pocos.
En ADE no miramos para otro lado. No nos callamos. Creemos en una educación distinta, en un sindicalismo de frente, ajustado a las verdaderas necesidades de sus trabajadores y centrado en la realidad cotidiana de cada docente.
Nuestra diferencia es clara: no nos mueve el cálculo político ni el sillón de turno, nos mueve la convicción de que la educación debe estar en el centro, no en la periferia de los intereses personales.
La creciente desafiliación es el grito silencioso de una docencia que ya no se siente representada. Desde ADE escuchamos ese mensaje y lo transformamos en propuesta. Somos una alternativa que se construye sin ataduras partidarias, con transparencia, con voz propia y con la firme decisión de recuperar el sindicato como herramienta de lucha, no de negocios.
Porque cuando el silencio y la complicidad se vuelven la norma, la rebeldía consciente se vuelve la única opción.
