En el Día Nacional del Apicultor, nos adentramos en el fascinante mundo de la apicultura de la mano de Juan Carlos Olate, un apicultor local que nos revelará los secretos detrás de la producción de la deliciosa miel. Acompáñanos en este recorrido único y descubre cómo el cuidado de las abejas y el medio ambiente se entrelazan en un arte cautivador.
Según Juan Carlos, ser apicultor es más que un simple trabajo, es una labor especial que implica cuidar el entorno natural. “En la apicultura, trabajamos en armonía con el clima y las diferentes floraciones para aprovechar lo que la abeja puede producir”, comentó al tiempo que especificó que cualquier persona puede trabajar con las colmenas, siempre y cuando tenga pasión por los animales y, por supuesto, ¡afinidad con las abejas! Y es que estos pequeños insectos desempeñan un papel fundamental en nuestro planeta. Como bien señaló Juan Carlos, sin abejas, nuestra comida duraría apenas 45 días, mientras que su vida apenas alcanza los 45 días. ¡Imagina la importancia de estas incansables trabajadoras en nuestro ecosistema!
El apicultor de Malargüe recalcó que ellos son meros recolectores de lo que las abejas producen con tanto esfuerzo. “Nos metemos en su ámbito para extraer la miel, por lo que es vital cuidarlas y reflexionar sobre cómo tratamos a estos increíbles insectos”, enfatizó Olate. Además, también destacó la importancia de preservar el medio ambiente y evitar el uso de agroquímicos y pesticidas, ya que resultan perjudiciales para las abejas.
De la floración a la miel
En cuanto al proceso de recolección, el entrevistado nos explicó que, en primavera, dependiendo de la zona, el frío, la temperatura y la humedad, se puede realizar la recolección. En Malargüe, al ser una zona seca, la producción suele ser más larga y óptima en diciembre. Luego se pueden realizar extracciones adicionales en marzo y febrero-marzo-abril, dependiendo de diversos factores. “Estas extracciones se llevan a cabo en plantas habilitadas para tal fin”, aclaró a nuestro medio Juan Carlos.
Continuó manifestando que las mieles se diferencian según el tipo de vegetación presente en la zona. Para determinar las características de una miel, explicó que se realizan análisis sensoriales y se toman en cuenta diferentes parámetros. De esta manera, se puede establecer si es una miel monofloral o multifloral, lo que permite definir además, los distintos tipos de miel disponibles.
Luego siguió relatando que una vez que la miel es producida y extraída, se decide qué hacer con ella: venderla a granel, llevarla a la planta o envasarla de forma artesanal. En este sentido, compartió que, en su caso, realiza el fraccionamiento de la miel y también elabora mieles saborizadas (Menta, Ron, Almendra, Jengibre, Cassis y Canela), un trabajo completamente artesanal.
Además de la miel, en este emprendimiento familiar, producen otros productos derivados de la apicultura, como propóleo y polen. También añadió que valoran el fraccionamiento y la venta directa, evitando intermediarios y asegurando un mejor retorno económico para el productor. Asimismo, indicó que paralelamente al fraccionamiento hacen tareas de mantenimiento de las colmenas, como el curado y las alimentaciones durante el invierno.