En una emotiva ceremonia que tuvo lugar en la mañana de este viernes, la escuela James W. Cronin vivió un momento trascendental al llevar a cabo el acto de colación para los alumnos de último año, quienes se despidieron de la etapa secundaria en medio de una despedida llena de emociones y alegrías.
Sin embargo, el punto culminante del evento fue la sorpresa preparada por la comunidad educativa para el destacado profesor de Educación Física, Leandro Ravagnan. En palabras del director de la escuela, Miguel Herrera, desde la llegada de Leo a la institución -en 2007-, Ravagnan ha demostrado un compromiso inquebrantable con sus alumnos y con la mejora continua del playón deportivo y el futuro gimnasio de la escuela.
En reconocimiento a su incansable labor y dedicación, la comunidad educativa decidió imponer, por unanimidad, el nombre del profesor Leandro Ravagnan al playón deportivo y al futuro gimnasio de la institución. La noticia fue recibida con sorpresa y emoción por parte del homenajeado, quien expresó su agradecimiento a todos los presentes por este gesto significativo.
Durante su discurso, el profesor Ravagnan destacó que su trabajo siempre ha estado orientado al bienestar de los estudiantes y a la mejora de las instalaciones deportivas de la escuela. Agradeció a la comunidad educativa, resaltando que su labor es un esfuerzo conjunto en el que los verdaderos beneficiarios son los jóvenes.
La imposición del nombre fue acompañada por aplausos y muestras de cariño por parte de los egresados, quienes reconocieron el impacto positivo que el profesor ha tenido en sus vidas. Colegas y amigos, con lágrimas de felicidad, compartieron este emotivo momento que quedará marcado en la historia de la escuela James W. Cronin.
Leandro Ravagnan, oriundo de San Rafael y graduado como profesor de educación física en 1998, eligió Malargüe como su hogar desde 1999, desempeñándose en diversas instituciones antes de llegar a la Cronin en 2007, donde logró titularizar sus horas y dejar una huella imborrable en la comunidad educativa. La imposición de su nombre en el playón deportivo es un merecido reconocimiento a su dedicación y pasión por la enseñanza y el bienestar de sus alumnos.