José Bravo no pasó desapercibido en la 34° edición de la Maratón Nocturna. Con 80 años recién cumplidos, el vecino aceptó nuevamente el desafío de correr los 13K, demostrando que la pasión por el movimiento y el amor por su pueblo pueden más que cualquier limitación física. “Demasiado feliz de poderlo hacer en mi pueblo”, aseguró con una sonrisa que se confundía con el cansancio lógico del esfuerzo.


Bravo contó que esta es la cuarta vez que participa del evento local y la tercera en esta distancia. La primera vez corrió los 5K, pero con el tiempo decidió animarse a más. A pesar de algunas molestias que hoy le juegan en contra, como el dolor en los gemelos, no quiso faltar a la cita, dejando claro que la decisión de participar pesa más que cualquier obstáculo.

Su preparación también es digna de destacar. Días antes de la carrera, decidió probarse: caminó desde su casa hasta el río y volvió, simulando la exigencia de las cinco vueltas del recorrido. “Lo hice para ver si resistía. Es prácticamente la misma distancia”, explicó, orgulloso de haber cumplido con la prueba que se puso a sí mismo antes de la competencia.

José, que nació y creció en Malargüe, también tiene un fuerte vínculo con la comunidad. Su familia es parte de la historia local: sus padres fueron pioneros y, como él mismo recordó, fueron los dueños de un hotel de Malargüe. “Soy muy conocido y querido, gracias a Dios tengo muchas amistades”, comentó emocionado.

A la hora de dedicar la carrera, no dudó en mencionar a su hija Nadia Marisol: “A ella le dedico esto”, expresó con orgullo, destacando el legado deportivo que corre en la familia ya que ella es profesora.
Aunque José no se considera un atleta competitivo —“no busco nada de eso”—, sí disfruta enormemente de participar. También recordó que en Comodoro ha corrido otras pruebas de 6 kilómetros, pero reconoció que aquel terreno es “muy montañoso, con lomas”, bastante más exigente que el de Malargüe.

Con su ejemplo silencioso, su humildad y sus 80 años que parecen pesarle menos que a muchos jóvenes, José Bravo se convirtió en una de las historias más inspiradoras de esta edición de la Maratón Nocturna. Una prueba más de que nunca es tarde para seguir desafiándose.



