Por Augusto Stempels
Una historia repetida
Argentina es una nación que tiene todo para prosperar: una geografía privilegiada, capital humano y recursos naturales. Sin embargo, desde la mitad del siglo pasado a hoy, nos hemos mantenido como un país de ingresos medios bajos. ¿Cómo se explica esta anomalía económica?
La dinámica del ciclo
Los gobiernos en nuestro país han sido una sucesión de estrategias repetidas una y otra vez. La autoridad monetaria asume e intenta mantener un dólar bajo con múltiples tipos de cambio diferenciados (dólar oficial, dólar soja, dólar turista, etc.) interviniendo en el mercado cambiario e imponiendo aranceles para frenar las importaciones. A su vez, se impulsa el gasto gubernamental, creando un déficit fiscal que debe ser pagado a través de la emisión monetaria, la toma de deuda e impuestos distorsivos como las retenciones. La posterior distorsión de los precios relativos genera ineficiencias que afectan negativamente a la inversión productiva (especialmente las exportaciones), derivando en crisis y estancamiento económico.
En el posterior gobierno se realiza un ajuste de las variables, devaluando y unificando el tipo de cambio, licuando deudas y pasivos, y el país nuevamente crece. Sin embargo esto sucede por tiempo limitado, usualmente por la falta de inversión productiva, que obliga a mantener los salarios altos artificialmente a través de un control del tipo de cambio y políticas similares a las mencionadas anteriormente.
Décadas más tarde, todo sigue igual.