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Deporte

Los hermanos Bibanco: dos sueños, una misma pasión por el fútbol

Desde Malargüe hacia nuevos horizontes, la historia de Carolina y Román Bibanco emociona, inspira y demuestra que el esfuerzo, el amor familiar y la pasión por el deporte pueden cambiar destinos. Con trayectorias diferentes pero unidas por el mismo anhelo, estos dos jóvenes malargüinos están dejando huella en el fútbol mendocino y abren camino hacia un futuro que los ilusiona tanto como los desafía.

Carolina tiene solo 14 años y una convicción firme: quiere ser futbolista profesional. Empezó a jugar a los siete años, compartiendo cancha con sus hermanas y creciendo en una familia donde el fútbol siempre fue parte del día a día. Hoy, es mediocampista del club Las Pumas de Mendoza, donde se desempeña en las categorías Sub 15 y Sub 17, y su talento empieza a cosechar frutos.

Fue convocada para integrar el seleccionado mendocino Sub 15 que participará de la Copa País, organizada por la AFA. El primer partido será el 27 de julio en Mendoza y el de vuelta se jugará el 3 de agosto en Junín, Buenos Aires. Además, representará a Tupungato como refuerzo en los Juegos Sanmartinianos. Su desempeño ha despertado el interés de clubes de Buenos Aires y del exterior: tiene grandes posibilidades de ser fichada por otros clubes.

“Tuve la posibilidad de conocer a Estefanía Banini y compartir cancha con ella”, contó Carolina a Malalweb con emoción. Su ídolo es Sebastián Villa de Independiente Rivadavia, pero su mayor sueño es claro: “Quiero jugar en Boca Juniors y representar a la selección nacional. No importan los colores: quiero cumplir mi sueño de ser jugadora profesional”.

Su historia no es individual. A su lado, y con la misma entrega, camina su hermano Román Bibanco, actual titular en el Club Atlético y Deportivo Sergi. Su recorrido tiene un componente aún más profundo: luchó durante ocho años y medio contra una enfermedad renal, y hoy, gracias a su fortaleza, es un joven sano, sin vicios, que estudia, se prepara para ingresar al Ejército y también sueña con crecer en el mundo del fútbol.

Su mamá no duda al describirlo: “Es un guerrero de la vida”. Y lo es, porque además de entrenar, estudiar y proyectar su futuro, Román representa el ejemplo de quienes enfrentan la adversidad con valentía y perseverancia.

La familia Bibanco dejó Malargüe hace un año para instalarse en Tupungato, buscando un entorno donde ambos pudieran desarrollarse en lo que aman. Fue allí donde Carolina fue convocada por Ciudad Deportiva para jugar en la liga tupungatina de fútbol femenino, mientras Román comenzaba a destacarse en su club.

Carolina nunca olvida a quienes la acompañaron en su camino. Agradece especialmente a Cherra Becerra, Chany Becerra y Héctor Arroyo, sus primeros entrenadores en el Club Deportivo Malargüe; al profe Roberto Estrella, de Ciudad Deportiva en Tupungato; a los profes Tito y los dirigentes del Club Social de Tupungato; y a sus actuales entrenadores Emiliano, Andy, Nahuel y Silvana, del Club Las Pumas en la ciudad de Mendoza.

Los hermanos Bibanco son el claro ejemplo de que con esfuerzo, compromiso y contención familiar, los sueños se pueden alcanzar. Desde Malargüe hacia el futuro, Carolina y Román construyen un camino propio, dejando huellas que seguramente muchos otros jóvenes seguirán.