El pasado domingo, durante las elecciones legislativas, se registró en Malargüe una situación que puso en evidencia las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad para ejercer su derecho al voto. Miguel Vildosa, vecino del departamento que padece cuadriplejía desde hace nueve años a raíz de un accidente, no pudo sufragar debido a la falta de accesibilidad y movilidad adaptada en la ciudad.

Vildosa, quien se traslada en una silla de ruedas motorizada, tenía asignada su mesa de votación en la escuela Emilio León, a varios kilómetros de su domicilio, ubicado a pocas cuadras de la escuela Aborigen Americano. Según relató, el desplazamiento resultaba imposible por la distancia y la falta de medios adecuados de transporte accesible. “Intenté ir, averigüé dónde me tocaba, pero me quedaba muy lejos. Quise votar en la escuela más cercana, pero me dijeron que no se podía porque no podían cambiar el padrón”, explicó en diálogo con Malalweb.

Ante esta situación, Desiree Satorres, referente del Colectivo de Discapacidad de Malargüe, acompañó a Vildosa en el reclamo y se presentó en el establecimiento escolar para solicitar una alternativa. “Desde el Observatorio de Mendoza me informaron que, en estos casos, la urna puede trasladarse al domicilio de la persona o modificarse el lugar de votación. Sin embargo, en ambos casos nos dijeron que no era posible”, señaló Satorres, quien calificó el hecho como una vulneración de derechos. “No es un reclamo contra nadie, sino contra un sistema que impide a las personas con discapacidad ejercer un derecho ciudadano básico, como es votar”, sostuvo.
La dirigente también destacó la gravedad del caso, recordando que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, de rango constitucional, garantiza el acceso igualitario a los procesos electorales. “Esto no solo le pasó a Miguel, seguramente le ocurre a muchas personas. Por eso queremos que este reclamo trascienda Malargüe”, remarcó.

Por su parte, Vildosa propuso la creación de un sistema más flexible e inclusivo de votación, que contemple alternativas de accesibilidad. “Sería importante que haya cabinas movibles o espacios especiales cercanos para personas con movilidad reducida, no que se lleve la urna a la casa, sino que el voto esté al alcance de todos”, explicó.
Además, señaló que la falta de accesibilidad en las calles y edificios públicos de Malargüe dificulta la autonomía de las personas con discapacidad. “Hay veredas rotas, falta de rampas y lugares públicos como PAMI o Anses que no cuentan con acceso adaptado. Eso también debe cambiar”, dijo.


Actualmente, Miguel forma parte del Colectivo de Discapacidad, desde donde trabajan en reclamos por accesibilidad, vivienda y transporte adaptado, con el objetivo de visibilizar las necesidades del sector. “Queremos inclusión real, que se nos vea y se nos escuche. No solo es votar, es poder vivir con igualdad de condiciones”, concluyó.



