Por Dr. en Historia Sergio Eschler
El filósofo austriaco Stefan Zweig define como momentos estelares a aquellos procesos históricos decisivos de las historias, que han cambiado el curso de los tiempos, se presentan como instantes sublimes que nos permiten comprender mejor nuestro presente. Si bien, el abordaje histórico siempre es procesual, de corto, mediana o larga duración, poner en valor estos instantes sublimes, nos dan una mirada panorámica y periodizada de la Historia.

Existen varias historias sureñas que suelen interpelar las memorias de localías. La Villa de Malargüe ha sido un escenario fundamental, donde se ha construido momentos fundacionales a lo largo del siglo XIX y XX. La propuesta en este artículo, es poner en valor algunos de esos procesos históricos con la finalidad de hilvanar diferentes periodizaciones, que nos ayuden a comprender el presente reflexionando sobre el pasado local, desde una mirada panorámica.

Repasar algunas definiciones, condenatorias algunas de autores sobre la región del Sur de Mendoza, nos permite desarrollar una visión sobre las políticas y diseños que se han puesto en práctica en el departamento más austral de Mendoza. Un lugar “infértil y bárbaro” fue rotulado por algunos historiadores, “Malargüe fue borrado como departamento” en el marco de la pérdida de categoría departamental en 1892 tituló el diario Los Andes. Bajo estos paradigmas, se destacan momentos estelares que le dan vida y funcionamiento a la malargüinidad. Vamos a repasar y repensar algunos de esos procesos históricos.
Entre 1828 y 1829 se firmó el Tratado del Carrizal, firmado entre el gobernador federal de Mendoza Juan Corvalán y el caudillo realista José Antonio Pincheira. El pacto significó el reconocimiento del Estado provincial las montoneras del Sur.

Sin embargo, en 1830 se rompe dicho Tratado y se desarrolla otro momento fundamental de la historia local, con repercusiones nacionales: La Tragedia del Chacay. Dicho enfrentamiento, en tierras sureñas, es un prisma ideal para observar los tres proyectos de nación que se disputaban el poder a nivel nacional y regional: unitarios, federales y pueblo originarios liderados por los Pincheira.
El “hauso” Rodríguez, un soldado federal nacido en Chile, fundó en la década de 1830, entre el arroyo Chacay y el río Malargüe, en la Cañada Colorada, una villa, que no es el origen de la Villa de Malargüe, pero sí un antecedente. Esta Villa del Milagro, que por milagro pudo fundar con sus escasos recursos y hombres, fue la base de un plan de defensas, desde este puesto consiguió extender las fronteras y el apoyo de indios amigos. En el Censo de 1847 figuran 216 personas viviendo en la Villa del Milagro.

En 1876 se funda el Fuerte General San Martín, un año después su primera fundación como departamento el 30 de abril de 1877. Estos procesos son el inicio de una nueva etapa en el Sur provincial, donde los pactos se rompieron y se consolidó el modelo de las estancias, los militares y los puestos. Se destaca la figura de Rufino Ortega. En la villa sureña, existe un molino histórico que data de 1884 donde trabajaban 200 originarios, bajo el sistema de servidumbre feudal derogado en 1813. Este modelo perfilará a la villa sureña como esquema donde no hubo desarrollo industrial y la única inmigración fue la de Chile.
En la historiografía sobre el sur de la provincia se ha escrito mucho sobre la erupción del volcán Quizapú en abril de 1932. Este fenómeno produjo pérdidas humanas y materiales muy importantes, pero además obligó a cambiar el perfil productivo de la región sureña.

Finalmente, el símbolo del progreso del siglo XIX, llega a Malargüe casi a mediados del siglo XX en el marco de la Segunda Guerra Mundial. El 8 de junio de 1944 patio la locomotora N°329 (serie 301 a 330; tipo 2-8-0) desde la estación Pedro Vargas de San Rafael para el Sur de la provincia. Promediando la tarde (15:30hs) el convoy llegó a Malargüe donde los recibieron más de 1000 personas. Comenzaba nuestro departamento a dar pasos gigantes a romper con el olvido a construir una nueva emancipación que llegará en 1950.


Otros momentos estelares, fueron aquellos que tuvo como protagonistas a las resistencias del pueblo malargüino. El primero, el Motorazo en 1964. Una pueblada de ciudadanos resistiendo el centralismo y autoritarismo del gobierno provincial que le quería retirar el motor de generación de energía. El otro, el Malargüinazo, en 1972. La movilización se llevó adelante, para alcanzar alguna conquista social, para conseguir un aumento de salario o mejores condiciones de trabajo, pero también para movilizar al movimiento obrero que venía protestando desde el Cordobazo y otras protestas populares contra la Dictadura.

Un tiempo después, una mujer asumió la Intendencia de Malargüe. Marta Barcia de Salomón estuvo liderando los destinos del departamento entre 1976 y 1977. Esta particularidad, nos genera la preocupación para profundizar los estudios sobre el rol de las mujeres en la historia local, tema que seguramente desarrollaremos en próximos trabajos.

El siglo XXI lo encuentra a Malargüe atravesando una nueva etapa, basada en la explotación de los recursos naturales, el turismo científica y aventura. Además, festejó sus cincuenta años de la fundación departamental, con una torre icónica en su avenida principal que lo introdujo a los nuevos tiempos contemporáneos, temporalidades que serán objetos de próximos artículos.

¡Malargüe fue un sueño de sus pioneros, se realizará!
Fuentes consultadas:
- Bianchi de Porras, Rosa; Memorias de Medio Siglo; Municipalidad de Malargüe, 2001.
- Crónica del diario eco de los andes de la época.
- Maza, Juan Isidro. 1991: “Historia de Malargüe”. Mendoza, F. Filosofía y Letras. U.N.Cuyo.
- Morales Sosa, Narciso; Historia de un pueblo: la villa vieja,San Rafael, Mza. : Museo de Historia Natural de San Rafael, Argentina, 1979.
- Porras Rosas, 2003, Pioneros historia colectiva de Malargüe según sus protagonistas, primera edicion2004, libro impreso en Argentina.



