Por Lic. en Bromatología Florencia Reyes (M.P 537)
En este primer posteo me gustaría que la comunidad conozca un aspecto fundamental en la Bromatología de los alimentos. Un término que debería ser relevante y conocido: la inocuidad. Para comenzar definiremos “Inocuidad” de acuerdo al Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica): “Es la ausencia a niveles seguros y aceptables de peligro en los alimentos que puedan dañar la salud de las consumidoras y los consumidores”. Esto indica que el alimento además de ser nutritivo, debe ser inocuo. Es decir seguro, debe reunir los requisitos higiénicos sanitarios que garanticen que no se producirá una enfermedad alimentaria cuando se consuman.
Conozcamos los tres peligros alimentarios existentes
- Físico, ocurre cuando un cuerpo extraño se incorpora al alimento, como ejemplo puede citarse: pelos, hebras de virulana, partes de envases, etc.
- Químico, es un compuesto químico extraño que no debe estar, tal es el caso de residuos de plaguicidas, insecticidas, lavandina, detergente, etc.
- Biológico, es el que ocurre por diversos agentes microbianos, como bacterias, parásitos, virus y hongos.
Los peligros biológicos están relacionados con las Enfermedades Transmitidas por los Alimentos (ETAs). De acuerdo a las cifras que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituyen uno de los problemas de salud más extendido en el mundo actual y son causa importante de reducción de la productividad y de ausencia laboral. El principal síntoma causante es la gastroenteritis, que algunas veces se relacionan con otras causas derivadas sin saber que estamos en frente de una ETA.
Una fuente principal de contaminación de los alimentos es el hombre.Por ello el manipulador de alimentos debe tener en cuenta medidas de higiene personal, buenos hábitos y fundamentalmente debe ser consciente de la importancia y repercusión social que tiene el correcto desempeño de su trabajo. Así también como de su influencia en la higiene y calidad, tanto sanitaria como comercial, del producto final.
Cifras oficiales de inocuidad alimentaria según OMS
La Organización Mundial de la Salud estima que cada año se enferman en el mundo unas 600 millones de personas -casi 1 de cada 10 habitantes- por ingerir alimentos contaminados y que 420.000 mueren por esta misma causa, con la consiguiente pérdida de 33 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad.
Sabías qué los niños menores de 5 años soportan un 40% de la carga atribuible a las enfermedades de transmisión alimentaria. Esto provoca, cada año, 125.000 defunciones en este grupo de edad.
Reflexionemos: ¡La inocuidad de los alimentos es un asunto de todos!