En un innovadora propuesta por revolucionar la forma en que se enseñan las ciencias en las escuelas, los profesores Gustavo Cabaña, Lourdes McQueen y Valeria Ruiz lidera un proyecto pionero en Malargüe: el Cubo Mágico. En un trabajo conjunto, el equipo está llevando a cabo un proyecto denominado APE (Ayuda Pedagógica a las Escuelas), que busca consolidar los conocimientos en matemáticas, física y química a través de una experiencia única e interactiva.
El profesor Cabaña explicó a Malalweb que el proyecto comenzó con un estudio de los contenidos impartidos en todos los niveles educativos. “Necesitábamos afianzar los conocimientos y brindar una experiencia más significativa a los alumnos”, comentó. Así nació la idea del Cubo Mágico, un cubo construido con caños de PVC de un metro cúbico de dimensión que alberga toda la información que los estudiantes necesitan.
Funcionamiento del Cubo: Una experiencia educativa inmersiva
El Cubo Mágico no es solo un objeto estático, sino un recurso dinámico que involucra a los alumnos de una manera única. Los estudiantes pueden ingresar al cubo o acercarse a él para buscar información relevante, como la lectura de etiquetas de productos. Este acto inicial desencadena una serie de actividades que abordan contenidos de matemáticas, física y química, transformando la enseñanza tradicional en una experiencia activa y participativa.
Inicialmente diseñado para sexto y séptimo grado de primaria, el proyecto ha evolucionado para adaptarse a todos los niveles educativos. El Cubo Mágico se transforma continuamente, agregando o eliminando información según el nivel educativo al que se acerque. La propuesta es ambiciosa: cambiar la forma de enseñar, haciendo que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje.




Recepción en las escuelas: Un cambio refrescante
La iniciativa ha captado la atención de varias escuelas en Malargüe, y, de ser necesario, el equipo lleva el Cubo Mágico directamente a ellas. El profesor Cabaña indicó: “Estamos comenzando, y nos han invitado a algunas escuelas. La idea es que todas las escuelas que lo necesiten, puedan experimentar con el Cubo. Nosotros llevamos el conocimiento a ellas o las escuelas vienen a nuestro instituto para sumergirse en esta experiencia educativa única”.
Los resultados y la recepción por parte de los estudiantes han sido alentadores. “Los chicos lo toman con entusiasmo. Ven la matemática y la física desde otro punto de vista, desde una perspectiva experimental. Pueden tocar, meterse dentro del Cubo, trabajar de manera diferente, y eso es lo que buscamos”, agregó el profesor.
Objetivo: Transformar la enseñanza de las ciencias
Más allá de la innovación y la novedad, el objetivo fundamental del proyecto es cambiar la forma en que se enseñan las ciencias. Las profesoras McQueen y Ruiz, junto con el profesor Cabaña, buscan una enseñanza más activa, donde el alumno sea el investigador y el ejecutor de las actividades. La meta es lograr aprendizajes significativos y desarrollar las capacidades necesarias para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.

En palabras del profesor Cabaña, “queremos mostrar a los estudiantes que las ciencias están en todas partes en nuestra vida cotidiana. La matemática, la física y la química son herramientas que utilizamos minuto a minuto, ya sea al mirar el reloj, preparar una receta de cocina o hacer las compras en el supermercado”.
Una revolución educativa en marcha
El proyecto del Cubo Mágico representa una revolución educativa en Malargüe. Con la participación activa de las escuelas y el entusiasmo de los estudiantes, el equipo de profesores espera expandir esta iniciativa transformadora a todas las instituciones educativas de la región. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, el Cubo Mágico demuestra que la innovación educativa también puede ser tangible, interactivo y, sobre todo, mágico.