Por Lic. Jorge Abaca y Vedia
En relación a los tiempos eleccionarios, me han invadido una serie de cuestionamientos de orden cultural, y una de las preguntas que me inquiero, es a dónde nos va a llevar la falta de formación y conocimiento de nuestra propia historia.
A fin, de que la misma nos ayude a entender nuestro pasado, y no incurrir en el error que estamos incurriendo de volver al pasado con nuestro mal accionar a la hora de votar, resultado de un aspecto inminentemente cultural, la falta de preparación con respecto a nuestro pasado.
Esta falta de ilustración, con respecto a lo que ya pasó en nuestro país a lo largo de la historia, motiva a las personas a opinar de temas que no manejan y esta impronta en su pensamiento se ve reflejada en las urnas.
Los posicionamientos ideológicos de la ciudadanía en general, carecen de fundamentos de corte academicista, esta premisa se observa en las reuniones de café y asados con amigos, en donde alguno de los interlocutores creen, a partir de saber que San Martín cruzó Los Andes, ya se consideran un pensador contemporáneo, y con esa información que maneja se cree erróneamente con el aval de poder opinar sobre Ciencias Sociales, Ciencias, que hoy es vista como algo de poca importancia y está en boca de todas y todos.
Sin embargo, esta marca en la seudo sabiduría de nuestra historia, tiene una explicación desde las Ciencias, y del Revisionismo histórico, al cual todos tienen acceso, pero prefieren lo más cómodo que es creerle a los periodistas, que están para ofrecer información de la manera más objetiva posible (hecho que no sucede), o en su defecto a los ya mencionados politólogos de pacotilla.