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Categoría:
Cultura

Un cóndor herido pero glorificado

Por Catalina Romero

alumna de 3º1º escuela Técnicos Mendocinos

Quisiera compartir con ustedes, en el marco del Bicentenario del Retorno del General San Martín, un análisis comparativo de dos hechos que se produjeron en simultáneo durante el año 1823. Por un lado, el denominado Retorno, sus causas y consecuencias, por otro, la puesta en valor de la primera biografía sobre el hombre de Yapeyú, escrita por un autor colombiano, presentada en Europa.

En su libro, Historia del Libertador don José de San Martín, José Pacífico Otero se refiriere al retorno de don José, con el título Ostracismo y Apoteosis, proponiendo un antagonismo clave para comprender esta etapa del Libertador, por un lado, el aislamiento de las cuestiones públicas y por otro la glorificación. El autor describe en Estada de San Martín en Mendoza, como fueron aquellos meses luego de su regreso, en enero, en el paraje de Barriales, en el Este provincial.

Su intención era dedicarse a una vida agricultora y la educación de su hija. Hasta se permitió desarrollar el famoso juego de cambiar las etiquetas de vino, con la finalidad de engañar a sus invitados y potenciar el vino local, en detrimento de los importados. Sin embargo, desde Buenos Aires, hegemonizado por los rivadavianos, observan al retorno del General como un posible foco de conflicto. Por eso, le impusieron una hostil red de espionaje, al que San Martín rotularía como “espantoso Centinela principia a hostilizarme.”

Una estada en Cuyo de recibir visitas y preocupaciones por lo que pasaba en Chile y Perú, con escenarios desfavorables para los libertadores. La salud de esposa empeora, el 3 de agosto falleció. Bajo estas noticias tan adversas, Don José emprende el postergado viaje a Buenos Aires, meses después de su llegada a nuestra provincia.

El 4 de diciembre de 1823, entraba a la Metrópoli sin escolta, el héroe de Los Andes. El diario Argos, titulaba: “tenemos la satisfacción de anunciar al público el arribo a esta capital del General don José de San Martín.” Inmediatamente pisó los umbrales de la Cuidad, honró la memoria de su infortunada esposa, erigió un mausoleo, donde escribió por medio de un artista, una frase para la eternidad: Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del General San Martín. Las “vanas esperanzas” de una etapa tranquila, tuvo recelos políticos y la pérdida de su esposa, y el esperado recuentro con su hija.

Simultáneamente, en Londres, Juan García del Río2 , escribe la primera Biografía del General San Martín, reeditada en Paris, en 1844. El autor colombiano, conociendo que la maledicencia iba a caer sobre la memoria del Libertador escribió: “Las acciones de los hombres, que han influido en el destino de los imperios, pertenecen a la historia, y si la adulación y la calumnia, se apresuran, por lo general, a apoderarse de aquellas para retratar a medida de su conveniencia al héroe del día, la verdad, por el contrario, aguarda siempre, para pronunciar sus oráculos, que este haya terminado su carrera física o política”.

Inmediatamente agregó este primer reconocimiento:

“El general San Martín ha prestado a la causa del nuevo mundo, servicios eminentes”

Además, finalizaba la biografía destacando las siguientes dimensiones del libertador:

“Eminente patriota, gran capitán, político ilustrado, con una mano rechazaba el despotismo, con otra planteaba establecimientos útiles… amante y protector de las ciencias y de las letras, ha procurado erigir en aquellas regiones un trono a la sabiduría.”

Otro aspecto fundamental de esta etapa, es aclarar la idea del “renunciamiento” que se instaló durante años, al producirse el retorno En el libro el comenta: “El hecho que tal salida haya sido voluntaria y de algún modo estratégica, no tiene nada que ver con la idea del renunciamiento, sino con darle continuidad al triunfo final de la emancipación de América.

El sentimiento popular, como siempre, es certero en el momento de elevar a la categoría de ídolos o héroes a los hombres y mujeres públicos, en este 2023, a 40 años de la recuperación de la Democracia, es vital poner en valor una estrofa del himno a San Martin:

“Que tu nombre, honra y prez de los pueblos del Sur, asegure por siempre los rumbos de la Patria que alumbra tu luz”.