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Categoría:
Sociedad

24 de marzo: Represión y participación popular en la Cuidad agrícola

Pasado represivo, presente participativo.

Instrumentación del terrorismo de Estado en Mendoza y las respuestas del presente.

El presente artículo, es una puesta en valor en dos tiempos históricos. El pasado, donde se pondrá en valor como se instrumentó el Plan Sistemático de Represión, Tortura y Muerte en nuestra provincia. Desde el presente reflexionaremos sobre la importancia de participar en las marchas del Día Nacional de la Memoria, Verdad y Justicia.

Reflexión sobre el terrorismo de Estado durante la dictadura y la importancia de las marchas del 24 de marzo

 En el estudio sobre El terrorismo de Estado en la Argentina: su aplicación en la Provincia de Mendoza, las autoras García y Navas (2019), dan cuenta que el uso de la violencia política para eliminar a los adversarios políticos y atemorizar a toda la población a través de diversos mecanismos represivos, quefue implementado a través de la organización de Centros Clandestinos de Detención.

Reflexión sobre el terrorismo de Estado durante la dictadura y la importancia de las marchas del 24 de marzo

Durante la última dictadura, la coordinación represiva ilegal en las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis (subzona militar 33) dependió de la Brigada de Infantería de Montaña VIII, asentada en la capital y subordinada al Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, con sede en Córdoba. Los grupos de tareas estaban integrados por miembros del Ejército, la Aeronáutica y las fuerzas de seguridad federales y provinciales. En ese marco, el terrorismo de Estado desplegó lugares de detención ilegal en toda la provincia de Mendoza. El mapa registra treinta y cinco sitios marcados como Centros Clandestinos de Detención, de los cuales veintidós se encuentran identificados en el Gran Mendoza, uno en el departamento de Tunuyán y otros doce se registran en el sur provincial, en San Rafael.

Respecto a la utilización del terror como instrumento de disciplinamiento social y político,podemos decir que un claro ejemplo de ello fue la conformación del GE 78. Creado a fines de 1977 y comandado por el coronel Mohamed Alí Seineldín, fue un grupo especial para la custodia del mundial de Fútbol de 1978. En Mendoza, para finales de 1977, habían sido diezmados los partidos de izquierda y eliminadas las organizaciones afines a la lucha armada; los Centros Clandestinos de Detención (CCD) tenían poca actividad: el D-2 recibía detenciones esporádicas y el campo Las Lajas de la IV Brigada Aérea fue desmantelado antes del mundial. Los Consejos de Guerra habían sido desarmados y las comisarías que funcionaron como LRD (Lugar de Reunión de Detenidos) habían retornado a sus rutinas. También, a fines del 77, se dio una renovación de los mandos militares y de la policía que habían ejecutado la represión en los primeros tiempos de la Dictadura. En este marco se creó GE 78, destinado a las acciones “antisubversivas” en la subsede Mendoza del mundial de fútbol.

Reflexión sobre el terrorismo de Estado durante la dictadura y la importancia de las marchas del 24 de marzo

En el ámbito de la educación se hizo sentir la violencia, fueron cesanteados mas de 1000 trabajadores de la educación primaria y secundaria, además de prohibiciones de libros en los espacios culturales.

Ante estas atrocidades, se activa la memoria y la participación en nuestra provincia desde la historia reciente. Nos preguntamos: ¿Por qué marchamos cada 24 de marzo?

Según el Dr. Nazareno Bravo, la movilización del 24 de marzo, emerge como un espacio de afianzamiento de elaboraciones sobre el pasado, en el que la transmisión de memoria ha cumplido un rol destacado. La última dictadura cívico, eclesiástico y militar en Argentina resulta, aún hoy, una base inexpugnable para la edificación de posicionamientos políticos e ideológicos. El rechazo al autoritarismo, la impugnación de lo que se consideran intentos golpistas en el presente, la denuncia de continuidades en las prácticas represivas y hasta la revalorización del sistema democrático, pueden ser derivadas de la caracterización que prevalece sobre el pasado. Así, la dictadura establece una temporalidad particular, que colabora fuertemente en la definición de identidades colectivas con distintos niveles de involucramiento político. Por otro lado, la movilización se establece como espacio de disputas de sentido sobre asuntos como la justicia o el alcance del concepto “derechos humanos”. Allí es posible distinguir las principales diferencias entre quienes se movilizan, aunque esto también pueda ser considerado una manera de sostener el debate y reforzar la memoria.

Reflexión sobre el terrorismo de Estado durante la dictadura y la importancia de las marchas del 24 de marzo

Las nuevas generaciones, han heredado una serie de definiciones y miradas sobre el pasado que condicionan modos de acción en el presente. Esa herencia dinámica, es reelaborada a partir de cosmovisiones generacionales propias, ancladas en tiempo presente e interpretadas en función de necesidades contemporáneas. En este sentido, la movilización iniciada en torno al reclamo por las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, logró establecer, trabajosamente, los núcleos centrales para la elaboración de ese pasado (no olvidar, exigencia de juicio y castigo a los culpables, nunca más debe haber una dictadura) y aportó al debate por el sentido de palabras claves para la práctica política. “Justicia”, “libertad”, “verdad” o “memoria” son conceptos que, si bien habilitan posicionamientos actuales y resultan útiles para interpretar la realidad y actuar en ella, también emergen como los ítems de un debate que se extiende a futuro.

Referencias bibliográficas: