Skip to content
Categoría:
Política

De la queja a la acción: la Banca del Ciudadano

Por Bloque Reconstruyendo Malargüe

En el Concejo Deliberante de Malargüe, existe un espacio donde la voz vecinal deja de ser murmullo y se convierte en motor de cambio: la Banca del Ciudadano. Consultada sobre su impacto y relevancia, la edil Silvina Camiolo no duda en definirla como “un espacio de participación y acción. Es pasar de la queja a problematizar las situaciones. Y todo problema, por lógica, puede tener solución.”

Banca del Ciudadano .Foto: Gentileza (Archivo)

Lejos de ser un simple mecanismo formal, la Banca se ha convertido —según la concejal— en una suerte de escáner de la preocupación socio comunitaria de Malargüe. En su análisis, “refleja la falta de respuesta de distintos organismos públicos” y pone sobre la mesa las problemáticas que, de otro modo, quedarían relegadas al olvido o al comentario de pasillo o en redes, detrás de un perfil anónimo.

Solo en el último año, los malargüinos que se acercaron a la Banca lo hicieron preocupados por la ausencia de servicios públicos en los barrios, la creciente inseguridad, graves falencias en materia de salud pública y la escasez de presupuesto para mejorar la infraestructura básica, entre otros temas. “Hemos notado que este municipio es reactivo a la Banca —explica—: después de que se exponen los problemas, el municipio sale a solucionar. No debería ser necesario recurrir a la Banca, porque el diagnóstico de cómo está Malargüe lo tenemos todos los que hacemos política, y más aún aquellos que caminamos la calle en las últimas elecciones, incluido el intendente.”

Para Camiolo, hay un quiebre entre las promesas de campaña y las acciones de gobierno: “El intendente asumió compromisos en los barrios durante la campaña y no sólo que no volvió, sino que en muchos casos no envió ni a sus equipos. Este distanciamiento alimenta el valor de la Banca como herramienta de presión y de recordatorio constante del rol del Estado.”

Pero la edil también destaca el poder que este espacio tiene para orientar la labor del Concejo Deliberante. “La Banca ciudadana también marca la agenda política del Concejo y te anima a dar prioridad a los temas que preocupan al vecino, con soluciones que la burocracia siempre puso en pausa.” Como ejemplo, relató lo ocurrido días atrás cuando, tras recoger denuncias por la situación de los afiliados a OSEP, gestionaron una reunión con autoridades de la obra social. “Fuimos hasta la sede central, expusimos los problemas y nos trajimos el compromiso del director y la subdirectora territorial de venir a Malargüe y tener un intercambio con afiliados.”

La participación ciudadana en espacios democráticos como la Banca del Ciudadano no solo es un derecho: es una necesidad. En tiempos donde la desafección política crece y las instituciones parecen distantes, generar canales donde la comunidad pueda expresarse, problematizar y proponer es fundamental. “La democracia no se agota en el voto: se construye cada día con la palabra, con la presencia y con el compromiso de transformar la queja en política pública”, culminó.