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Sociedad

Las buenas historias no solo se viven, también se filman

Del 14 al 17 de mayo, Malargüe fue sede del Festival Pasturas, un encuentro que no solo ofreció al público local la posibilidad de disfrutar de películas nacionales e internacionales, sino que además se consolidó como un verdadero semillero de proyectos audiovisuales locales. Con salas colmadas durante todas las proyecciones, y una grilla diversa que incluyó cortos y largos documentales, el evento dejó en claro que el cine tiene un lugar cada vez más fuerte en el sur mendocino.

Uno de los aspectos más valiosos del festival fue el impulso a nuevos realizadores malargüinos gracias a las jornadas de Neomedialab, un laboratorio de incubación de proyectos audiovisuales multiplataforma desarrollado por docentes de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), en colaboración con el Mendoza Film Lab. Este espacio de formación e intercambio permitió que 5 de los 9 proyectos seleccionados fueran de Malargüe, destacando el enorme potencial creativo de nuestro departamento.

Voces jóvenes que narran nuestra identidad

Entre las propuestas locales sobresalieron los proyectos de dos jóvenes promesas: Verónica Olivera (21) y Rosario Cabello (18), quienes fueron especialmente felicitadas por el jurado.

Olivera presentó “Memoria Local”, un documental poético que rescata las voces de las familias que vivieron el “Malargüinazo” de 1972, cuando muchos trabajadores de la mina Santa Cruz quedaron desempleados en medio de una profunda crisis económica. “Mi objetivo es dar a conocer este hecho a los jóvenes y rendir homenaje a quienes lo vivieron”, explicó la realizadora.

Desde la cocina de la abuela al escenario: una joven malargüina presentó su proyecto para rescatar tradiciones y sabores.

Por su parte, Cabello compartió su proyecto en torno a los sabores de la infancia y el papel de la cocina en los vínculos familiares. Su propuesta busca registrar y conservar las recetas de su abuela Sara, transmitiendo la cultura trashumante de Malargüe a través de sus platos y memorias.

Experiencias, montaña y tradición

Otros proyectos también estuvieron a cargo de experimentados realizadores malargüinos, como Sergio Martínez quien presentó “Montaña activa”, un proyectol sobre la relación entre el ser humano y las condiciones extremas de la montaña. Con testimonios de deportistas, gendarmes, arrieros y científicos, la obra explorará el desafío físico y espiritual de habitar estos paisajes. En diálogo con este medio, Martínez expresó: “Como malargüino, participar del laboratorio me brindó nuevas herramientas y perspectivas. Ojalá en próximas ediciones seamos muchos más los que se animen”.

Sergio Martínez, oriundo de Malargüe, presentó su proyecto audiovisual en el Mendoza Film Lab.

Rolando Poblete también formó parte del laboratorio con “Huellas Malargüinas”, un proyecto centrado en el rescate del patrimonio natural y cultural intangible del departamento. Mediante entrevistas y relatos orales, Poblete busca visibilizar creencias, fiestas y saberes del campo, con presencia activa en redes sociales y la intención de expandir su alcance.

Otro de los proyectos que llamó la atención del jurado fue una ficción ideada por Paula Dominguez e inspirada en leyendas rurales y relatos de miedo, esas historias que se transmiten de boca en boca y que construyen el imaginario de nuestros pueblos. Con un giro sobrenatural y original, la propuesta promete abrir un nuevo camino dentro del cine local.

Proyecciones, premios y una gran convocatoria

El festival también ofreció proyecciones memorables. El preestreno de “Trashumantes: Suso y Eliseo” fue un broche de oro para las jornadas del laboratorio, y entre los films premiados se destacaron dos grandes producciones:

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  • Mejor cortometraje: “Las Hijas de la Montaña”, de Ezequiel Berra, un documental que retrata la vida de la familia Mancilla y sus hijas Sonia, Marylin, Agustina y Adolfina , jovenes trashumantes quienes enfrenta el dilema entre seguir en el campo o migrar a la ciudad.
Ezequiel Berra, director de Hijas de la Montaña, durante su paso por el Festival Pasturas en Malargüe.
  • Mejor largometraje: “La Última Trashumancia”, del director rumano Dragos Lumpan, quien viajó especialmente desde Rumania para presentar su película. La obra, fruto de más de 15 años de trabajo, documenta el estilo de vida pastoril en países como Rumania, Albania e Italia, actualmente en peligro de extinción. En diálogo con este diario, Lumpan agradeció la calidez del público malargüino y confesó entre risas que su motivación inicial fue “el amor por el queso de cabra”.

Cine con raíces y futuro

Más allá de la calidad cinematográfica y la amplia convocatoria, el Festival Pasturas dejó una marca profunda en la comunidad: demostró que Malargüe no solo puede ser escenario, sino también protagonista de producciones que narran sus historias, su cultura y su gente.

El trabajo articulado entre instituciones nacionales y provinciales, junto con el talento emergente local, muestra que el camino está abierto para seguir fortaleciendo al cine malargüino como herramienta de identidad, memoria y desarrollo. Y que en estas tierras, las buenas historias no solo se viven… también se filman.