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Deporte

Tiene 7 años y viaja más de 100 km por semana para entrenar judo

A sus apenas siete años, Luis Forquera emprende dos veces por semana un viaje de más de una hora, desde Las Loicas hasta la ciudad de Malargüe para asistir a clases de judo en la escuela municipal que funciona en el Polideportivo Malal-Hue.

Con 7 años, Luis viaja desde Las Loicas hasta Malargüe para asistir a clases de judo. Una historia de esfuerzo, pasión y compromiso.

La iniciativa de practicar judo fue enteramente de Luis. “No sabemos dónde lo descubrió, quizás en la tele, pero un día nos dijo que quería hacer algo y como en Las Loicas no hay actividades para niños, le dijimos que íbamos a probar”, relató su madre. Desde marzo, el pequeño asiste con alegría y compromiso a la escuela de judo que dirige el profesor Pablo Villarruel, donde entrena junto a otros chicos y chicas de entre 5 y 11 años.

Para la familia Forquera, el esfuerzo vale la pena: “Se siente el cambio en su actitud, está feliz, y es la primera vez que hace algo sin nosotros. Su escuela es muy pequeña y este espacio le permite compartir con más chicos”. El viaje es posible gracias a que cuentan con movilidad propia, aunque no deja de ser una travesía importante en tiempos y distancias.

Con 7 años, Luis viaja desde Las Loicas hasta Malargüe para asistir a clases de judo. Una historia de esfuerzo, pasión y compromiso.

Una escuela con historia y valores

La escuela de judo de Malargüe fue fundada por Enrique Rubio, pionero en las artes marciales en el sur mendocino. A lo largo de las décadas, ha formado a cientos de niños y niñas, muchos de los cuales se han destacado a nivel nacional e incluso internacional. En 2019, llegaron a contar con 300 alumnos activos. El profesor Villarruel destacó el compromiso del resto del cuerpo docente como los profesores Nicolás Parasécoli, Angélica Ojeda, Matías Parasécoli y Óscar González.

Para el profesor Pablo Villarruel, el caso de Luis es emocionante y esperanzador: “Ya hemos tenido niños de zonas rurales, incluso una chica de El Sosneado que obtuvo medalla de bronce en los Juegos Evita en Mendoza. Ver que Luis insiste en venir, que le pone tantas ganas, es una alegría personal. Esto genera impacto y motiva a más familias.”

Con 7 años, Luis viaja desde Las Loicas hasta Malargüe para asistir a clases de judo. Una historia de esfuerzo, pasión y compromiso.

El judo no es solo un deporte, subrayó Villarruel, sino “una filosofía de vida”: “Nos enseña disciplina, respeto, superación personal y a levantarnos cada vez que caemos. Buscamos formar personas de bien, acompañar en el crecimiento, y mejorar el mundo desde este humilde lugar.

Con 7 años, Luis viaja desde Las Loicas hasta Malargüe para asistir a clases de judo. Una historia de esfuerzo, pasión y compromiso.

Estos viajes de Luis no solo reflejan su entusiasmo por el judo, sino también el apoyo incondicional de su familia y el valor de contar con espacios donde los chicos puedan crecer, aprender y soñar. En cada clase, entre risas, caídas y saludos respetuosos, este pequeño judoca deja en claro que el verdadero camino no siempre es el más corto, sino el que se recorre con pasión.