Del viernes 18 al domingo 20 de este mes, el 10° Torneo Nacional de Tejo se llevó a cabo en las instalaciones del Polideportivo Malargüe, recibiendo a jugadores de diversas partes del país. Alrededor de 100 participantes provenientes de lugares como San Juan, Buenos Aires, Cipolletti, Mendoza y Lavalle se reunieron para disfrutar del tejo, un deporte que no solo despierta pasión, sino también camaradería y unión familiar.
Desde Malalweb, hablamos con Nancy Andrada, coordinadora del torneo, quien destacó: “Más allá de que es un deporte, es un juego para compartir. No venimos a ganar, venimos a hacer amistades y compartir un mate. Esto es una familia”. Nancy, que lleva 10 años organizando el evento, agradeció al municipio por su apoyo en la logística del torneo, permitiendo que todos los participantes, desde los más jóvenes hasta los mayores, pudieran disfrutar de la experiencia.
Entre los jugadores se encuentra Senen Sepúlveda, el participante más longevo con 90 años, quien recordó sus inicios jugando al tejo con piedras en el campo de Ranquil Norte. “Cuando vengo a jugar me olvido de todos los problemas”, expresó Senen, quien también elogió la dedicación de Nancy al deporte y a la comunidad tejera.
El predio sigue siendo un punto de encuentro para los adultos mayores, quienes casi todos los días se reúnen a jugar al tejo. En este sentido, Senen compartió su entusiasmo diciendo: “Cuando me acuerdo que tengo que venir acá –por jugar al tejo-, parece que me voy a mi cumpleaños”.
Por otro lado, Emanuel Carrasco, de tan solo 12 años y el más joven del torneo, compartió su experiencia jugando junto a compañeros mayores como doña Nena (85) y Don Pedro (80). “Me enseñan técnicas y muchas cosas”, comentó e invitó a otros niños a sumarse a este deporte que ha capturado su interés.
Jorge Ochi, de 83 años y originario de Caucete, San Juan, también compartió su historia. Comenzó a jugar al tejo a los 45 años en la playa de Mar de Ajo y ha participado en numerosos torneos y ha obtenido sus podios por ello. “Tengo una cancha de tejo en mi patio donde juego todo el tiempo”, reveló. Habló sobre las condiciones especiales de las canchas en Malargüe, mencionando que según lo que le dijeron “tienen una arena volcánica que es hermosa y da ganas de jugar”.
El sanjuanino destacó su importancia de competir con jugadores de categorías más bajas para animarlos a continuar en el deporte, creando una red de apoyo. “Se viven momentos muy lindos acá”, comentó, agradeciendo a Carlitos y Nancy por su incansable labor. Sin embargo, expresó su preocupación por la jubilación de Nancy, pidiendo al intendente de Malargüe que permita que siga participando en las organizaciones: “Si ella se va del predio, no sé cuánto puede llegar a durar esto”.
También hizo eco de su indignación por la falta de albergue municipal para los participantes, lo que ha dificultado la asistencia de muchos tejeros. “En el evento anterior, había casi 300 personas y en esta edición no llegaron ni a la mitad”, señaló. Jorge invitó a los políticos a considerar el impacto que tienen en los jugadores que viajan desde lejos, enfatizando que sus gastos benefician al pueblo.
Finalmente, Jorge animó a los jóvenes y adultos mayores a acercarse al tejo, describiéndolo como una terapia recomendada por psicólogos. “He conocido mucha gente y he acercado a personas que enviudaron al deporte. Hay quienes, después de 20 años, me agradecen por haberlos hecho vivir de nuevo”, concluyó.