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Educacion

Un día en la escuela Izsaky: perspectiva de un alumno

Tras los recientes reclamos del director de la escuela Izsaky, Guillermo Gombau, sobre las goteras en el edificio escolar, un alumno, Emanuel, dialogó con Malalweb para contar las duras realidades que enfrentan él y sus compañeros día a día.

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En una entrevista exclusiva, Emanuel describió las difíciles condiciones en las que los estudiantes de la escuela realizan sus actividades diarias. Desde la llegada temprana hasta enfrentarse a las inclemencias del tiempo en un edificio que no proporcionaría un ambiente adecuado para el aprendizaje, Emanuel pintó un cuadro desafiante de la vida estudiantil en la institución.

Además de las condiciones físicas del edificio, Emanuel criticó la falta de acción de las autoridades políticas e invitó a los funcionarios para que visiten la escuela y vean, de primera mano, las condiciones en las que estudian los alumnos.

Padres y alumnos reclaman las condiciones edilicias.

Entre las problemáticas que aquejan a la comunidad educativa, el primer lugar de la lista lo ocupa, sin lugar a dudas, el pedido del edificio propio ya que actualmente la infraestructura que usan es una vivienda adaptada, que presentaría numerosas deficiencias, desde el techo filtrante hasta las aulas hacinadas.

Sumado a ello y según nuestro entrevistado, los estudiantes en cada jornada se ven obligados a participar del saludo a la bandera, que se hace en el exterior del edificio, sin importar el frío o el calor que haya en ese momento. Mencionó que una vez dentro de las aulas, la situación no mejora. En días de lluvia o nieve, las goteras en el techo gotean constantemente, creando charcos improvisados “que llegan a molestar”.

Por otro lado, puntualizó que los recreos al aire libre, que se ‘disfrutan’ en un reducido espacio, ofrecen un breve respiro, aunque las condiciones climáticas, características de esta época del año, a menudo obligan a los alumnos a refugiarse en espacios interiores reducidos.

Captura tomada de un vídeo filmado en uno de los recreos.

También expresó su frustración por las promesas incumplidas y la falta de interés en abordar los problemas estructurales que afectan a la escuela y a sus estudiantes. “Es escuchar permanentemente mentiras y cosas que nunca se hacen y sabemos que no se van a hacer”, compartió.

Aun así, los estudiantes muestran una determinación admirable para seguir adelante, buscando oportunidades de aprendizaje incluso en medio de las condiciones más difíciles.


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