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Categoría:
Opinion

Un ex intendente malargüino deberá devolver dinero al municipio

Por Concejal Silvina Camiolo (DNI: 32.085.577)

Hace unos días, el Honorable Tribunal de Cuentas de Mendoza emitió un fallo sobre la rendición de cuentas de la Municipalidad de Malargüe correspondiente al ejercicio 2023. El fallo aprueba la rendición, con una excepción gravísima: las responsabilidades directas del ex intendente Juan Manuel Ojeda, de su funcionario de confianza Julio Paz, y de la jefa de Inventario Estela Sosa.

El Tribunal de Cuentas sancionó a exfuncionarios de Malargüe por irregularidades y uso indebido de fondos públicos.

El Tribunal no sólo encontró irregularidades: formuló cargos económicos concretos que deben ser resarcidos al Municipio y al Tribunal de Cuentas. En números: $331.121 a pagar por el ex intendente Ojeda, $1.240.574 por el ex director de la Casa de Malargüe Julio Paz, y cargos adicionales de $100.000, $150.000 y $200.000 a cada uno de los mencionados, respectivamente.

Este fallo no es una interpretación política. Es una resolución jurídica y contable, firmada por cinco miembros del Tribunal, entre ellos autoridades con origen radical, como el Dr. Néstor Parés, ex funcionario de Alfredo Cornejo. Que un Tribunal con esta composición sancione a un intendente del mismo signo político da cuenta de la gravedad de los hechos.

Sin embargo, en un acto de cinismo que ya se ha vuelto habitual, el ex intendente Ojeda se presentó ante los malargüinos el domingo de Resurrección —como si creyera que podía resucitar su imagen pública— para jactarse de la aprobación de su gestión y minimizar los cargos. Según él, sólo se trata de “una cámara de fotos” que “va a comprar”.

Permítanme decirlo claramente: no es sólo una cámara. Es el símbolo del uso indebido de recursos públicos, de la falta de respeto por el patrimonio de todos, y de una conducta sistemáticamente desapegada de la responsabilidad que exige la función pública.

Hay personas que trabajan 30 o 40 años para el Estado sin llevarse ni un alfiler. Aquí, en cambio, no bastó con el excelente sueldo percibido: también hubo que reclamarle hasta una simple cámara de fotos. Y lo peor: ni siquiera tuvo la decencia de regularizar esa falta antes de dejar su cargo.

Como concejal de Malargüe, me corresponde además recordar que el Concejo Deliberante no aprobó la rendición de cuentas 2023. Nuestro rol, que es velar por los intereses de los vecinos, fue cumplir con el control que nos demanda la ley, aunque Ojeda ahora pretenda presentar nuestros actos como “ataques electorales”.

No, ex intendente. No es ataque. Es control, es decencia, es transparencia. Usted no era toda la Municipalidad, y afortunadamente, no todos los funcionarios de su gestión incurrieron en irregularidades. Pero usted, sí. Y ahora tiene nombres, montos y fallos que lo prueban.

La memoria de los malargüinos no se borra con un video grabado en Pascua. La dignidad del servicio público no se compra con excusas.