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Categoría:
Sociedad

Un niño busca agradecer el noble gesto recibido bajo la lluvia

El pasado martes, las condiciones climáticas en la ciudad de Malargüe no fueron las mejores. Entre el fuerte viento y la intensa lluvia, Francisco, un niño de 11 años que asiste a la escuela Savio primaria, tuvo que enfrentar su habitual viaje de regreso a casa. Todos los días, él toma dos colectivos: uno desde su escuela hasta la plaza San Martín y otro que lo lleva a su hogar en el barrio Virgen de los Vientos.

Ese día, como de costumbre, Francisco esperaba el colectivo que suele demorar alrededor de 25 minutos en pasar. Pero ese día, a diferencia de otros, llovía mucho y no hay un lugar para resguardarse por lo que esperaba el transporte a la intemperie. La gente pasaba a su lado sin detenerse, hasta que una mujer, en un gesto de verdadera bondad, cambió su día.

“Estaba empapado y la gente me miraba, pero no se detenían,” comentó Francisco. Fue entonces cuando una joven se bajó de su camioneta y le ofreció llevarlo hasta su casa para que no se mojara más. Aunque él agradeció la oferta, educadamente la rechazó, pues le han enseñado a no subirse con desconocidos. Sin embargo, la joven no se dio por vencida. Corrió nuevamente hacia su vehículo y, en un acto inesperado, le entregó un paraguas antes de irse rápidamente.

Este simple gesto de empatía y solidaridad dejó una huella en el corazón de Francisco, quien regresó a su casa sorprendido y emocionado por el interés de esa mujer, la única persona que se preocupó por él en medio de la tormenta. “¡Me salvó! Si usted no me hubiera prestado su paraguas habría llegado muy mojado a mi casa… Mi corazón está muy feliz, contento por lo que hizo”, escribió Francisco en una carta que dedicó a la desconocida, la cual recibimos en nuestro medio por parte de la madre del menor.

Francisco no solo quiere devolver el paraguas, sino también darle las gracias. “Me gustaría volver a verla para darle las gracias por su bondad” expresó. El niño espera tener la oportunidad de reencontrarse con la señora que, en un día gris y lluvioso, iluminó su camino con su amabilidad.

Este tipo de gestos nos recuerdan que a veces, una pequeña acción puede marcar la diferencia en la vida de alguien.