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Categoría:
Sociedad

25 de mayo: Nada volvió a ser lo mismo

Por Dr. Sergio Eschler

Un longevo axioma conceptual y filosófico dice: “donde hay Poder hay Resistencias”. Las Provincias Unidas del Virreinato del Río de Plata vivían oprimidas bajo un sistema anacrónico y flagelante de la metrópoli española desde el siglo XV. La resistencia no comenzó en 1810, sino en la defensa de la soberanía durante las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, donde hubo un actor social imprescindible y fundamental, “el pueblo organizado que desató la resistencia y una práctica de autonomía.”  Haremos foco en el siguiente problema: ¿Existió la “Revolución” que dio origen a la “Nación” de las Provincias Unidas del Río de la Plata en el “ciclo revolucionario” 1808-1816 o fue más bien un producto de un discurso historiográfico muy posterior?

La tesis que desarrolla el historiador Fabio Wasserman propone a la entronización de la Revolución de Mayo como un acontecimiento inaugural, argumento que responde a un discurso historiográfico, que tiene una lógica de unir, bajo una matriz institucional nacionalista, que permitiera homogenizar en forma organizada el pasado y presente, para dotar de sentido al futuro. Este discurso se edifica bajo el flujo de las ideas liberales de la segunda mitad del siglo XIX, en donde su máximo exponente es Bartolomé Mitre, pero que responde a una retórica elitista y vaciada de todo contenido social criollo o cultural de los sectores que participaron de la Revolución de Mayo.

Es claro que en la Nación existía a principios del siglo XIX y que no necesitaba un mecanismo institucional liberal para expresarse. La idea de nación estuvo siempre presente, pero con mutaciones importantes. Primero, hacia 1810, como la suma exacta de todos los intereses particulares de todas las Provincias Unidas del Virreinato del Río de la Plata, esta idea exhibe un aspecto concreto y territorial. La continuidad de la guerra contra el imperio español, provoca la incorporación, durante el congreso de Tucumán, la idea de pueblo que se había emancipado formando una “nación independiente”. Para las autoras el giro del concepto que se dio en 1819, fue el comienzo de la idea de nación bajo un sistema institucional de organización, reflejando el carácter polisémico de la idea.

Considero que para entender el concepto de nación hay que tener en cuenta la heterogeneidad y la pluralidad de sectores, tendencias y prácticas sociales y culturales donde existió un discurso de nación paralelo al proceso revolucionario; pero que no les servía a los historiadores liberales para llevar adelante su proyecto de Estado. La idea de la existencia de una nacionalidad, basado en la sociabilidad y la civilidad es más completa y se condice con una perspectiva más compleja, sociocultural de la construcción de la nacionalidad.

La revolución no es solo política sino total, ya que atraviesa a todos los niveles de la realidad, porque mediante ella se alcanza un nuevo modo de pensar, de sentir, de convivir de validez absoluta, precisamente su triunfo viene a desvalorizar las contrahechas creaciones del pasado. Claramente nada volvió a ser lo mismo luego de la Revolución en todos los planos de la realidad.  Para tomar conciencia sobre nuestro proceso revolucionario es necesario reflexionar por medio de una frase: “La libertad no es algo dado, sino una lucha permanente y colectiva”.


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