Es fundamental poder reflexionar sobre las historias pasadas utilizando como prismas efemérides relevantes. Es el caso del aniversario 74º de la Refundación Departamental durante la década del cincuenta del siglo XX. Si existen años decisivos en la historia del departamento sureño, ese es 1948. Se desarrolló un Cabildo Abierto con una fuerte participación popular, encabezado por la Comisión Pro Departamento de Malargüe. El objetivo era poner en valor un anhelo popular: darles vida comunal propia a los habitantes de la localidad, además, elevar un extenso memorial a la Convención Constituyente provincial con el pedido de la refundación municipal.
Para lograr comprender porque ese momento fue una bisagra en la historia local, proponemos un recorrido panorámico, entre mediados del siglo XIX hasta nuestros días, de los procesos que permitieron, y permiten comprender como se armó la actual villa sureña.
En los anales de la historia local, se destaca en este proceso la fundación de la Villa del Milagro por el Comandante Juan Antonio Rodríguez (el Huaso). La obtención de los terrenos fueron producto de su participación en la Campaña al desierto de 1833 encabezada por Juan Manuel de Rosas. La fundación de la villa se produjo en 1847 en los actuales campos del Chacay.
En 1855 el Gobernador Pedro Pascual Segura dio un paso fundamental para la fundación de nuestro departamento, decretando la división política de la provincia y perfilando un nuevo departamento en el sur, habitado por nuestras naciones originarias Sin lugar a dudas que la fundación del Fuerte Gral. San Martín o “el Alamito”, en 1876 fue el paso previo a la primera Fundación de nuestro departamento.
Luego que el proceso “Civilizador” de la Argentina se aprobara en el Congreso Nacional, bajo la Presidencia de Nicolás Avellaneda, las provincias comenzaron a extender sus fronteras, durante ese proceso de expansión territorial comienzo la obra de Rufino Ortega en los territorios del Sur. De esta manera en 1877 se produce la primera fundación de Malargüe como departamento. En 1886, cuando Rufino Ortega, era gobernador de la provincia, se funda en la villa la Estancia de Cañada Colorada. A partir de ese momento comienza la historia patrimonial de nuestro departamento, ya que dejó bienes y lugares que hoy son objetos de estudios.
Luego de enfrentamientos políticos entre el senador Rufino Ortega y el gobernador Tiburcio Benegas, nuestro departamento sufre dos consecuencias de esa rivalidad, por un lado, se le cambia el nombre llamándose coronel Beltrán, por otro lado, la pérdida de categoría de departamento, en 1892, para pasar a ser nuevamente distrito de San Rafael con todas las postergaciones que eso significa.
Dentro de este proceso, se destacan la construcción de nuestro patrimonio cultural y educacional. Con la fundación de varias escuelas y la llegada del ferrocarril, se produjo un incipiente movimiento de inmigrantes que comenzaron a crear organizaciones sociales como los clubes de Volantes Unidos Deportivo Malargüe.
En 1932 nuestro departamento se oscureció por tres días debido a la erupción del volcán Descabezado. Este proceso produjo cambios en las actividades económicas del todavía distrito de San Rafael. En 1948 se forma la comisión Pro-Creación del departamento, esta comisión es de vital importancia porque luego de la refundación como departamento, los integrantes de esta organización van a ser la futura clase dirigente departamental. También se inaugura una sucursal del Banco de la Nación.
En el marco de la Gobernación de Blas Brisoli se produjo la refundación del departamento con un nuevo nombre: General Perón el 16 de noviembre de 1950. Durante los primeros diez años la minería se transformó en la principal actividad económica con un importante efecto multiplicador mediante la incorporación de mano de obra calificada. Este proceso minero fue una ilusión que duro muy poco debido que al tratarse de un recurso no renovable no habría reinversión. Se favorecieron las actividades sociales mediante la fundación y creación de instituciones como El Rotay Club, El Ateneo Cultural Fibra, la peña folklórica El Palenque Malargüino, el Centro Minero, La cámara de Comercio Agricultura y Ganadería.
Con la consolidación departamental y apertura a Chile entre 1961-80 se materializó un gran logro: la apertura del Paso Pehuenche, aunque no se produjeron los efectos económicos esperados, se favoreció el acercamiento de los pueblos, la camaradería y el intercambio local sobre todo turístico. La minería seguí a la espera de que el gobierno nacional manifestara su interés con política promociónales. Solo se estaba desarrollando a la explotación de los minerales que tenían posibilidad de ser procesados en la región. El alto costo de los fletes, frenaba la salida d minerales en bruto, y dificultaba su colocación en otros mercados. Pero una gran esperanza se perfilaba hacia fines de 1970: la instalación de una fábrica de Soda Solvay. Además de contribuir a la industria nacional, (debía proporcionar productos que hasta entonces provenían totalmente de la importación), ofrecía la posibilidad de ocupar una gran cantidad de mano de obra, tanto en la explotación de las minas como en la fábrica, con un importante efecto multiplicador. Proyecto que finalmente, no se materializó.
Un gran visionario, el intendente José Ranco, resintiendo quizás lo que podía ocurrir con este proyecto, se dirigió a su pueblo diciendo “en el umbral de un acontecimiento que puede cambiar el rumbo de su quehacer y lanzarlo a la conquista de su gran destino, Malargüe exalta con júbilo el 20º aniversario de su elevación al rango d departamento. Es en estos instantes de justa euforia que esta intendencia municipal hace llegar a sus esforzados pobladores su saludo y su estimulo, instándole al mismo tiempo que la fe y la esperanza, baluartes de toda lucha, no deben inclinarse nunca si se postergara el resultado esperado”. Se estacan protestas populares como el y el Motorazo de 1965 Malargüinazo de 1972 durante estas décadas.
La recuperación de las instituciones democráticas, en 1983, trajo aparejado importantes beneficios, favorecidos por la relación existente entre autoridades locales provinciales y nacionales encabezado dicho proceso por el intendente Jorge Vergara. Los centros comunitarios fronterizos favorecieron el fortalecimiento de las localidades rurales, es decir mejoro el servicio educativo de salud y de energía eléctrica.
Con respecto a lo económico, la declaración de zona semillero de papá aprecio como una gran esperanza de crecimiento mientras que los ganaderos por su parte siguieron reclamando créditos especiales y el tráfico federal de carnes. Otro factor de crecimiento fue la inclusión de mano de obra en la actividad petrolera favorecido por la construcción del oleoducto. Otra herramienta de crecimiento fue la habilitación del centro turístico invernal del valle de las leñas.
Las políticas de la nación destinadas a frenar la inflación y disminuir el déficit fiscal produjeron situaciones de desempleo que se fueron agravando cada vez más al finalizar las mismas. Esta situación, género que los desocupados solamente esperaran un programa de empleo transitorio. El turismo se presenta como una herramienta alternativa a dicha situación, las inversiones efectuadas en esta área favorecen política de promoción de empleo y de servicios turísticos. Durante estas décadas se produce el auge científico con la creación de importantes centros de investigación, el centro de convenciones y exposiciones, destacándose el internacional Observatorio Pierre Auger en 1998.
El plan estratégico de desarrollo, intentó abrir nuevas perspectivas de crecimiento para el departamento, dicho programa aborda la realidad local, creando mecanismos racionales para la promoción de empleos y recursos genuinos. La creación del INTA tiende a un cambio cultural del puestero, aunque respeta su vida, trata de erradicar costumbres que traban su desarrollo. En lo educativo, se destaca la creación del instituto de Enseñanza Superior que permitió canalizar las expectativas de educación de muchos jóvenes, evitando de alguna manera, el histórico desarraigo y éxodo de la juventud a los diferentes centros universitarios del país.
El siglo XXI encuentra al departamento más austral de Mendoza, luchando contra sus postergaciones históricas, con alternancia política y tratando de diversificar su matriz productiva. A lo largo de estos procesos de formación de un departamento, encontramos una continuidad histórica de mediana y larga duración: el tesón y el espíritu de superación de los diversos actores que componen la malargüinidad.